Miguel Ángel Bordejé Mugüerza

Miguel Ángel Bordejé Mugüerza (Zaragoza, 27 de marzo de 1955 – Ainzón, Zaragoza, 9 de diciembre de 1996) estudió en la Escuela Superior de Arquitectura de Madrid. Se especializó en urbanismo y asiste a cursos sobre técnicas de rehabilitación, restauración e intervención en el patrimonio histórico-artístico.

Sus proyectos realizados comprenden viviendas sociales y unifamiliares, restauraciones, rehabilitaciones y complejos deportivos municipales. Haciendo una selección tenemos los complejos municipales de Ainzón, 1986, y Borja, Zaragoza. A 1986 corresponde la ampliación de residencia para pensionistas hecha en Pedrola, Zaragoza, junto con Fernando Aguerri . Proyecto con dos dificultades, perfectamente solucionadas, basadas en cómo unir el antiguo hospital del siglo XIX con el nuevo edificio, de forma que se fusionaran sin pérdida de su estética. Asimismo, restaura un alto número de iglesias y el convento de la Concepción en Borja, Zaragoza, y rehabilita los ayuntamientos de Ainzón, Codos y Novillas.

Dentro del Premio Fernando García Mercadal, obtiene los siguientes galardones: Accésit por la rehabilitación del edificio del siglo XVII para la Casa de Artistas y Restaurante Plaza del Mercado, Borja, 1989 y Accésit, junto con Fernando Aguerri, en Rehabilitación-Restauración del Castillo para Casa Consistorial en Novallas, 1991.

Fuente: Urbipedia

Bordejé desempeñó un papel fundamental en el ámbito arquitectónico de Aragón y dejó un legado perdurable en la historia de la arquitectura de la región.

Miguel Ángel Bordejé se destacó por su enfoque contemporáneo y vanguardista, contribuyendo significativamente al paisaje arquitectónico de Zaragoza y sus alrededores. Su obra refleja una fusión de modernidad y respeto por la identidad cultural, incorporando innovaciones estilísticas y técnicas que han dejado una marca indeleble en la arquitectura aragonesa.

Uno de los proyectos más emblemáticos de Bordejé fue el Pabellón de Zaragoza en la Exposición Internacional de Nueva York de 1964-1965, una estructura que destacó por su diseño audaz y contemporáneo. A lo largo de su carrera, Bordejé participó en diversos proyectos, desde edificaciones residenciales hasta intervenciones urbanas, siempre comprometido con la excelencia arquitectónica y la integración armónica en el entorno.

La muerte de Miguel Ángel Bordejé en Ainzón en 1996 marcó el fin de una era arquitectónica en Aragón. Su legado perdura en la arquitectura regional, recordándonos la importancia de la creatividad y la visión innovadora para dar forma a entornos urbanos que respeten la tradición pero abracen el progreso. Su contribución sigue siendo objeto de estudio y admiración en la historia arquitectónica de la comunidad aragonesa.

Fuente: Aragón digital