Talamantes

Talamantes es otro de los pueblos que desde tiempo inmemorial cuenta con dance propio. Se celebra en honor a su patrón San Miguel. El éxodo rural de la década de los setenta conllevó la falta de jóvenes en la localidad para poder ensayar y ejecutar el dance, fundamentalmente cuando el día del patrón no coincidía en fin de semana, lo que propició que se dejara de realizar.

El hecho de ser tantos los vecinos implicados en la emigración, pero manteniendo una fuerte vinculación con la localidad, condujo al cambio de fechas en la celebración de las fiestas patronales, pasando al fin de semana más próximo al día 29 de septiembre. El Centro Cultural San Miguel (que recientemente ha celebrado su 25 aniversario) promovió la recuperación de la tradición, y en 1982 y 1983 se volvió a ejecutar.

Nuevamente, durante dos años, no se pudo hacer por falta de jóvenes, y en 1998 se tomó la decisión de incorporar mujeres al grupo. Esta medida, y los esfuerzos realizados por la Asociación Cultural, han propiciado que desde entonces se haya representado todos los años.

Antes de la despoblación el dance se realizaba a primeros de mayo, como conmemoración de la “Fiesta de los Mozos” o de San Miguelico, y el día 29 de septiembre en honor del patrón de la localidad, San Miguel. La inexistencia de libros y documentos, tanto en la parroquia como en el ayuntamiento, no ha posibilitado, hasta el momento, el poder datar el pasado y la evolución del dance en Talamantes, existiendo en el recuerdo de los mayores desde siempre y conservándose alguna fotografía de épocas anteriores. Sí que puede confirmarse que hay o ha habido, según la bibliografía consultada, otros textos diferentes a los manejados hoy, en los que aparecen otros personajes (además de los actuales Mayoral, Rabadán, Ángel y Diablo) como Pastor, Zagal, Zagalillo, Alguacil, Demonio (Lucifer), Astiages o el Cipotegato, y que en parte son recordados y recitados por alguno de los antiguos danzantes que los interpretaron.

La actuación de los danzantes comienza el viernes acompañando la imagen de San Miguel en la procesión. El sábado por la mañana los danzantes participan en la misa mayor, asistiendo al oficio sentados en dos bancos colocados en la zona central frente al altar, y durante el ofertorio, colocados de pie, mantienen los palos cruzados en alto. A la salida de la imagen del santo tras la misa, realizan una genuflexión interpretándose las “Cortesías”. Seguidamente se baila la “Marcha Real” y se continúa bailando el pasacalles durante el desplazamiento desde la iglesia a la Plaza Alta, que es donde se realiza el dance.

La representación en la plaza tiene el siguiente esquema en la actualidad:

  1. Monólogo del Mayoral. A modo de pastorada.
  2. Irrupción (con traca incluida) de la figura del Diablo, que va a estorbar la fiesta, pero la aparición del Ángel lo impedirá.
  3. Dicho del Mayoral.
  4. Dicho del Rabadán.
  5. Mudanzas: “Gitana”, “Tran-tran”, “Cariñena”, “Leciñena” y “Encariñame”.
  6. Finalizada la mudanza se procede a interrumpir el dance y se reparten, por los mayorales del año, pastas, vinos y refrescos a todos los participantes y asistentes al acto. También los danzantes aprovechan esta parada para solicitar una aportación económica.
  7. Reanudación de mudanzas: “Quesera” y “Zarandera”.
  8. Trenzado de cintas. Figuras del diablo y ángel en la representación de Talamantes.

Como puede apreciarse faltan elementos habituales en los dances de la comarca, como puedan ser las “Motadas”, “Dichos a las mujeres” o “Despedida del Mayoral”, pero se sabe que anteriormente se realizaban. El vestuario actual de los danzantes está compuesto por camisa blanca, falda plisada blanca sobre medias blancas para las mujeres y sobre pantalón blanco para los hombres, faja negra y zapatillas de esparto, y todos ellos portan roseta de cascabeles en las piernas. El Mayoral y el Rabadán (que visten igual que el resto de los paloteadores) se diferencian por ir tocados con sombrero de paja y palo coronado con flores. El Ángel porta, como en todos los dances, una pequeña espada o puñal, alas y túnica blanca. El Diablo, vestido de negro, se toca con una espectacular cornamenta de macho cabrío con la que impone respeto, fundamentalmente a la chiquillería. En estas últimas etapas la música del dance de Talamantes ha sido interpretada por bandas, más o menos numerosas, al principio procedentes de Añón y Magallón y, desde hace bastantes años, de Ainzón.

Fuente: Castán García, C. (2004). El dance en la comarca del Campo de Borja.  Comarca del Campo de Borja. Territorio 10, Colección.