Jerónimo Cósida: Las sargas de Bulbuente

Jerónimo Vicente Vallejo Cósida

(Zaragoza?, antes de 1510-1592). Pintor español. Fue uno de los más importantes renovadores del lenguaje artístico en Aragón durante el siglo XVI. Gozó de la  protección del arzobispo don Fernando de Aragón, quien le proporcionó numerosos encargos.

En 1534 ya tenía abierto taller como maestro y hacia 1536 comenzó el retablo de San Juan Bautista de Tarazona. Dos años después llevó a cabo el retablo mayor del monasterio de Veruela y, en 1552, realizó la capilla de su mecenas en la Seo de Zaragoza. Una de sus obras más ambiciosas fue el último encargo recibido por mediación de don Fernando de Aragón: las pinturas del retablo y sagrario mayor de la cartuja del Aula Dei en Zaragoza.

En su estilo, muy homogéneo a lo largo de toda su trayectoria, está presente cierto italianismo con influencia tanto de Rafael como de Leonardo, lo que no es óbice para que utilice en sus composiciones estampas de Durero.

Su italianismo pudiera proceder de un supuesto viaje a Italia o de un posible contacto con Vicente Masip en Valencia. Vallejo Cósida fue además un excelente dibujante que practicó la miniatura, lo que explica la delicadeza y precisión de su depurada técnica pictórica.

Fuente: Museo del Prado

Considerado por sus contemporáneos entre los pintores “más hábiles y aventajados del Reino de Aragón”

Colocadas como exorno en los últimos tramos del lado del Evangelio, se han conservado cuatro sargas con los temas de la Anunciación, Adoración de los pastores y Epifanía que, unidas de dos a dos, formaban un único conjunto. Durante muchos años, fueron consideradas como parte de las mamparas ejecutadas por Vallejo Cosida para cerrar el gran retablo mayor de Veruela, capitulado en 1540 y concluido de manera definitiva en 1551, según ha estudiado profundamente Morte García y, por lo tanto, con una cronología que oscilaría entre 1542-1544.

Sin embargo, para Criado Mainar dichas sargas no procederían del retablo mayor, sino que deben ser consideradas como las puertas que clausuraban la caja del órgano, instrumento concertado el 19 de mayo de 1540 entre don Hernando de Aragón y Martín de Amerite, que quedó definitivamente instalado en la iglesia de Veruela el 19 de mayo de 1540. Para ello, y entre otros aspectos de interés, se basa en el hecho de que en los escudos de don Hernando de Aragón que se muestran en las sargas de la Anunciación, no aparecen ni el capelo ni las borlas, elementos distintivos que le corresponderían por su dignidad arzobispal. Ello induce a creer que las sargas fueron realizadas entre 1535-1539, trienio correspondiente al abaciado de don Hernando de Aragón, para la caja del órgano, cuyas labores pictóricas sabemos que fueron realizadas por el propio Vallejo Cosida.

Para la escena recreada en la sarga de la Anunciación, la de mayor calidad de todas, Jerónimo Vallejo se inspiró en el grabado realizado por Marcantonio Raimondi sobre una composición de Rafael, teniendo que hacer frente al problema de componer una misma escena en dos piezas distintas, para lo que se valió de una columna sobre pedestal localizada en el centro mismo de la composición, así como en el establecimiento de un punto de fuga común en el vano abierto localizado en la sarga izquierda, sin demasiado éxito según Ibáñez Fernández.

Precisamente, por este punto penetra en la estancia Dios Padre, quien envía hacia María, arrodillada en un reclinatorio y turbada por las palabras del arcángel, el Espíritu Santo en forma de paloma. La escena de la Anunciación, sin notables variaciones con respecto al relato de San Lucas, se ha concebido dentro de un espacio arquitectónico renacentista donde aparecen columnas, capiteles corintios, arcos de medio punto, techo de casetones que, junto a otros recursos escenográficos, como la colocación de las figuras de la Virgen y del arcángel San Gabriel que avanza hacia ella en primer plano sobre fondo de grisalla, o la disminución del tamaño de los diferentes elementos que integran la composición de manera proporcional a los distintos planos, la dotan de sensación de profundidad a la par que acentúan los efectos espaciales del Quattrocento italiano.

La composición del Nacimiento de Cristo y Adoración de los pastores se sitúa delante de unas ruinas que sirven de establo a la mula y al buey, sobre el que se ubica un coro angélico. María y José, en un primer plano, son los personajes que centran la escena. Ambos se disponen a exhibir al Niño Jesús situado entre ellos a dos pastores, que se introducen por la derecha, detrás de San José. Sobre estos pastores, en el extremo superior derecho y en un segundo plano, se figuró el anuncio del ángel a los pastores a través de la frase “GLORIA IN EXCELSIS DEO ET IN TERRA PAX” que encontramos en la filacteria que porta el personaje celestial.

La última de las piezas, donde se aprecia más claramente la intervención del taller de Vallejo Cosida, aborda el tema de la Epifanía. En ella, los grupos principales quedan distribuidos en los primeros planos de la composición en torno a la imagen del Niño. De esta forma, la Sagrada Familia queda a la izquierda del espectador y los tres Magos a la derecha. Por el contrario, los planos intermedios quedan reservados para el escenario arquitectónico y paisajístico. Las cuatro sargas constituyen un conjunto excepcional inspirado en modelos italianos del Quinientos, tanto por la calidad global de
las mismas, su preciso dibujo, pincelada suelta y riqueza cromática.

Fuente: «Bulbuente Patrimonio histórico religioso», Aguilera, A. & Adiego, R.