La Muela de Borja se ubica en plena depresión del Ebro, gran fosa tectónica entre los Pirineos y el sistema ibérico que está drenada por el río Ebro y sus afluentes y cerrada al Mediterráneo por la alineación transversal de la cordillera costero-catalana.

Desde el punto de vista topográfico, la depresión del Ebro es un dominio de extensas planicies sobre las que destacan algunas elevaciones estructurales, entre los 300 y 800 m, que rompen la monotonía del paisaje llano.

La Muela de Borja es una de estas elevaciones y se identifica con un relieve tabular de unos 20 km2 de superficie en su plataforma caliza y de 50 km2
si añadimos los taludes. Forma parte del Terciario superior horizontal, es un testimonio de la sedimentación pausada de tipo lacustre somero y su cima representa la fase más reciente que colmató la depresión del Ebro durante el Mioceno superior.

La Muela tiene una altitud máxima de 805 m s.n.m. Queda alejada del frente NE del macizo del Moncayo por 11 km y por el norte le separan también 11 km del cauce del río Ebro (fig.2.4). Sirve de divisoria de aguas entre el río Huecha por el este y el curso ocasional de la Cañada Madre por el noroeste.

En lo concerniente a los límites administrativos, la Muela se incluye por completo en la provincia de Zaragoza, ya en el límite con Navarra. La superficie queda repartida entre los términos municipales de Borja, Bulbuente y El Buste, en orden de importancia en cuanto a extensión. Una zona de la vertiente norte pertenece a las demarcaciones de Vera de Moncayo y Tarazona.

La Muela está constituida litológicamente por un nivel calcáreo en la cumbre, bajo el cual se alternan bancos de margas, arcillas y calizas de potencia variable, con algunos intercalados de arenas, todo ello sobre niveles yesíferos o detríticos. Si se considera a la Muela en su conjunto, estos materiales presentan una disposición horizontal, con suave tendencia descendente hacia el centro de la cuenca del Ebro.

El paisaje vegetal actual de la Muela de Borja dista mucho del que pudiera observarse a comienzos del siglo XX. En estos momentos, al haberse producido durante los últimos cuarenta años una progresiva ralentización, cuando no abandono, de las actividades económicas en este espacio, el monte ha ido recuperando su cobertura vegetal sin que hayan mediado acciones protectoras o restauradoras.

Fuente: La comunidad prehistórica de la Muela de Borja (Zaragoza)

Ruta circular por la Muela Alta de Borja

Rocío Herrera en su blog, Encanto del Moncayo, nos invita a realizar esta ruta circular.

El camino comienza tras su antiguo caserón junto a la conocida fuente de los Canales y su precioso estanque. Decimos adiós a las ocas que allí viven y subimos por la carretera que lleva al calvario. Toma nota, ya que la ruta no está señalizada.

Caminando bajo altos pinos llegaremos a un cruce de caminos, dejaremos la carretera y continuaremos por la pista de tierra a la derecha, desde la que podremos observar unas bonitas vistas de la Muela Baja, del barranco de Arbolitas y del valle del Huecha, si las brumas nos lo permiten contemplaremos a lo lejos el brillo plateado del embalse de la Loteta. Al llegar a la carretera del Buste, continuamos por ella  hacia la izquierda. Tras unos 200 metros, nos desviaremos a la derecha por un camino de tierra que nos acerca al merendero del Moncín, lugar del que te he hablado hace muy poquito. Enseguida veremos la primera de sus tres fuentes, la segunda se encuentra tras el merendero (hay que tener cuidado pues se encuentra en muy mal estado) y continuando el camino llegaremos a la tercera de las fuentes. De nuevo, seguimos por la carretera unos metros hasta desviarnos a la izquierda por una pista de tierra que hay junto a las ruinas del edificio de una antigua cantera.

Tras esto, el camino nos sube hasta la parte alta de La Muela, sin desviarnos ni a izquierda ni a derecha. Llegarás hasta una solitaria señal de tráfico y una pronunciada curva que nos lleva a un romántico paraje. Tras cruzar una cadena, una pareja de enamorados nos espera, se trata de un ejemplar de  pino carrasco y otro de encina que  se abrazan en medio del camino, por ello se les conoce como «los enamorados».

Tomamos el camino de la derecha sin dejarlo hasta llegar a la caseta del forestal (atención, no desviarse a la izquierda), si te fijas verás que aquí las encinas a la derecha y los pinos a la izquierda andan peleados, separados por el camino. El Moncayo asoma entre los árboles pero el mejor mirador de la sierra se encuentra en la caseta del guarda, con el que charlamos un rato, desde allí vigila los bosques del Moncayo y la vista es espectacular.

Cuesta despegarse de este mirador pero tenemos que llevarte hasta el final. El camino termina en la carretera que se dirige al Calvario, continuaremos por ella hasta llegar a éste. Allí hay merenderos y fuentes, un poquito más adelante está el bar-restaurante del Calvario con un mirador estupendo del valle. Pero nosotros bajaremos por el Vía Crucis hasta llegar al punto de salida, en poco menos de dos horas hemos recorrido 7,5 km.

Fuente: Encanto del Moncayo