Albeta

El primer domingo de octubre Albeta celebra las fiestas en honor de la Virgen del Rosario, y a las doce de la mañana el grupo de danzantes local representa el último de los dances recuperados en la comarca.

Fiestas y dance también dependían directamente de una cofradía, en este caso de la de Nuestra Señora del Rosario de Albeta, por lo que se ha podido documentar y datar gran parte de la trayectoria y detalles del dance a partir del año 1700 y realizar una recuperación lo más seria y depurada posible.

Del repaso de los asientos realizados en el correspondiente “libro-registro” se desprenden conclusiones similares a las de otros dances: localidad de procedencia del gaitero, pago por confeccionar los dichos, pago por escribir un nuevo dance, etc.; y otras más circunscritas a particularidades del dance de Albeta: tipo de tela con la que se realizan los trajes, partidas por la compra, pintado o repintado de los palos, o inexistencia de compra de cascabeles, lo que nos indica que no eran utilizados.

En los últimos ochenta años solamente ha sido representado en el periodo 1948- 50 y, tras su recuperación, a partir del año 2000. Es sin duda el dance menos representado, pero, como contrapartida, es probablemente el mejor documentado y el que más fielmente conserva cada una de las partes en la que se estructura el dance aragonés. El éxito de esta recuperación radica en la localización, trascripción e identificación de un grupo de 21 manuscritos fechados entre los años 1860 y 1914, así como en la posibilidad de contar con unos cuantos danzantes que lo bailaron mediado el siglo pasado, y en la fortuna de que se conservaran las faldillas y chalecos con que antiguamente se realizaba.

Actualmente los danzantes solamente actúan el domingo por la mañana. Comienzan a las 10:55 recogiendo a las autoridades locales en el ayuntamiento y acompañándolos hasta la iglesia, danzando el pasacalles. A la salida de la peana con la imagen de la Virgen para la procesión ésta es saludada por los paloteadores que, danzando al son de la “Marcha Real”, la acompañan en todo el recorrido bailando el pasacalles. Finalizada la misa, en la que no intervienen los paloteadores, se realiza el trayecto hasta la plaza, donde se interpreta el dance nuevamente bailando el pasacalles, y una vez finalizada la representación se realizará en sentido contrario.

La representación tiene actualmente el siguiente orden:

  1. Dance de Moros y Cristianos.
  2. Dichos a la Virgen del Rosario y las correspondientes “motadas” a los danzantes.
  3. Baile de Mudanzas. “Paloteado nº 1”, “Postillón” y “Paloteado nº 2”.
  4.  “Dicho del Zagal” o “Crítica a las Mujeres”.
  5. Despedida del Mayoral.

Antiguamente también se representaba el dance en el segundo día de fiestas. Solamente cambiaba respecto al del día anterior el dance central a interpretar, que era elegido entre algún otro de los existentes y en función de la disponibilidad de personas para realizarlo.

Los personajes que intervienen en las diferentes partes son, además de los ocho paloteadores, el Mayoral, el Rabadán y el Zagal, personajes relacionados con las labores agrícolas y pastoriles; los “generales” moro y cristiano, ataviados con capas de diferente color; el Diablo y el Ángel; y la figura del aquí llamado Chamarluco, similar a los cipotegatos de Ambel, Borja, Bulbuente o Maleján, y que, vistiendo de vivos colores –a medio camino entre bufón carnavalero y gracioso despistado– tiene su papel también en el dance.

La indumentaria de los paloteadores conserva las antiguas faldas o sayas sobre calzón blanco, camisa y chaleco blancos y, sobre ellos, un pañuelo doblado a modo de banda que les cruza pecho y espalda. Solamente son tres las mudanzas que se bailan, además del pasacalles y la “Marcha Real”, siendo la música interpretada, al igual que en Ainzón, por dos clarinetes y caja.

Puede decirse que el dance de Albeta goza de una segunda juventud, y así se ha entendido por todos, permitiéndosele ciertas licencias, como el cambio de la plaza donde se representa, su ejecución encima de un tablado o el uso de avances tecnológicos, como micrófonos inalámbricos; cuestiones que, aún a riesgo de hacerle perder un poco de autenticidad, facilitan y dan mayor comodidad a los espectadores que asisten a las más de dos horas de actuación.

Mudanza del dance de Albeta, recientemente recuperado llega anual se realiza el primer domingo de septiembre.

Esta colecta, que siempre han realizado las cofradías para nutrirse de reservas con las que afrontar los diferentes gastos en la organización de la fiesta (pago al sacerdote, gastos de su capilla, pago de gastos originados por el dance, etc.), en el caso de Albeta está encabezada por el sacerdote de la localidad y por los mayordomos, siendo estos últimos los que llevan la imagen de la Virgen con la que acompañan la solicitud de aportaciones. También los danzantes deberían acompañar este acto, dada su dependencia de la cofradía, si bien es algo que todavía no se ha podido realizar.

Hasta hace relativamente pocos años las donaciones de los vecinos generalmente eran realizadas en trigo, y era costumbre que la familia de un nacido durante el año aportara la misma cantidad de trigo que lo que pesase la criatura en el momento de la llega. Para ello uno de los mayordomos pesaba en público el bebé y el trigo aportado, con gran felicidad de familiares y vecinos.

La tradición se mantuvo hasta 1960, año en que fue pesado el último niño.

Fuente: Castán García, C. (2004). El dance en la comarca del Campo de Borja.  Comarca del Campo de Borja. Territorio 10, Colección.