AINZÓN

Tanto el topónimo de origen árabe, al parecer su nombre deriva de los términos árabes «Ayn» («equivalente a ojos de agua dulce» ) y «zon» (Que vale por «zona o territorio»), como la estructura de su trazado urbano invitan a pensar en la fundación por parte de los musulmanes de la Villa.

El territorio fue reconquistado por Alfonso I el Batallador en 1121. Las primeras referencias documentadas del lugar datan de 1158, citándose el lugar como límite del obispado de Zaragoza. En 1360 el conde Lope de Luna legó en testamento la villa a su primogénito. En 1409 es señorío de María de Luna. En 1430, Alfonso V de Aragón lo confisca a Federico de Luna y lo da en 1431 a Rodrigo Díaz de Mendoza adquiriendo sus habitantes privilegio de franquicia.

Tras la Reconquista, en 1435 pasa a ser propiedad del monasterio de Veruela, ostentando su abad el señorío del lugar. Durante la Guerra de Sucesión Ainzón, al igual que Borja y Tarazona fueron leales a la causa del Duque de Anjou, que sería Felipe V instaurador de la casa de Borbón en España. Por ello recibió del monarca mediante cédula de 30 de abril de 1708 el título de «Muy Leal» que campea en su escudo.

Para acceder a la Villa hay que atravesar un arco de factura moderna; antiguamente la villa tenía varias puertas de la que se conserva una denominada Arco de San Antón. Ya dentro de su casco histórico destacan varias casas solariegas de los siglos XVI, XVII, y XVIII adornadas con escudos familiares y el muy transformado palacio de los abades de Veruela, que envuelve al castillo medieval.

Ya en época contemporánea se caracterizó por su dinamismo industrial y por la elaboración de cavas de gran calidad.

La Iglesia parroquial de Nuestra Señora de la Piedad de estilo barroco, está decorada al gusto rococó y contiene tallas góticas de gran interés, especialmente la del Santo Cristo de la Capilla.

Ainzón posee un entorno paisajístico muy atractivo ya que está enmarcado por varios ríos, acequias y barrancos, paseando por sus alrededores podemos visitar la ermita de San Roque y San Sebastián del siglo XVII que tras la desamortización de Mendizábal, pasó a ser propiedad particular, así como el poblado de Huechaseca, también de propiedad particular.