Comarca Campo de Borja
La ciudad de Borja, cuyo conjunto histórico está reconocido como Bien de Interés Cultural, recoge la historia de una ciudad en la que la impronta mudéjar se siente ya en la etimología árabe de su nombre: Burya, que significa torre y fortín.
Esta denominación derivada de la etimología árabe que le dieron los musulmanes que se establecieron en el siglo VIII sobre la antigua Borsao, marca el carácter del lugar y la fortificación de la peña del actual castillo.
El legado de esta época sigue presente en un rico patrimonio histórico-artístico en el que destaca la excolegiata de Santa María -templo románico que se sustituyó por otro de construcción mudéjar en el siglo XIV y que fue ampliado en el siglo siguiente-.
Son también construcciones mudéjares la antigua iglesia de San Miguel, actual Museo Arqueológico, y algunos interesantes ejemplos de la arquitectura civil de la localidad: la Casa Museo Baltasar González y la Casa de la Estanca.
Borja destaca por la estructura de su caserío y su numerosa arquitectura renacentista, que incluye algunos de los más valiosos ejemplos de Aragón.
Es muy interesante su legado mudéjar en el que destaca la excolegiata de Santa María, un templo del siglo XIV construido como iglesia de tipología fortaleza mudéjar de nave única -después reformada en estilo barroco y neoclásico- sobre un templo románico anterior. En el exterior presenta dos torres: la torre del reloj es románica en su cuerpo inferior y mudéjar en los siguientes.
La antigua iglesia de San Miguel, que actualmente alberga el museo arqueológico municipal, es también una construcción mudéjar de finales del siglo XIV sobre un primitivo templo románico. El edificio de nave única y techumbre de madera- conserva interesantes elementos ornamentales en yeso tallado.
La Casa Museo Baltasar González fue construida a principios del siglo XV y tiene fachada de tapial enfoscada con yeso y arcos apuntados en las ventanas principales.
La Casa de la Estanca -a unos 8 km de Borja- es uno de los pocos ejemplos de arquitectura civil mudéjar del siglo XVI que queda en Aragón. El edificio, que cumplía las funciones de vivienda del encargado del control de las aguas y servía de torre vigía, llama la atención por su excelente estado de conservación y su integración en el paisaje, lo que lo define como un lugar único.
Actualmente alberga en su interior un magnífico conjunto de elementos interpretativos sobre las aves que habitan la estanca.
El legado mudéjar se observa también en los restos del Castillo de la Zuda -fortaleza de origen musulmán- y en la Casa de las Conchas -con decoración en yeso con entrelazos de tradición mudéjar-.
Fuente: Territorio Mudéjar