Una ruta lineal de alrededor de 40km. que recorre las poblaciones del valle del Huecha: Bulbuente, Maleján, Borja, Ainzón, Albeta, Bureta, Alberite de San Juan, Magallón, Agón, Fréscano, Mallén y, finalmente, la localidad aragonesa de Novillas donde desemboca el río Huecha a 239 m de altitud.
Esta ruta permite descubrir nuestro paisaje lleno de contrastes. Desde las tierras del Ebro y el Huecha, donde predomina la huerta, hasta los grandes campos llenos de vides y olivos que forman parte de nuestro paisaje cultural.
Adéntrate en nuestra comarca y descúbrela a través de uno de sus principales ejes que la vertebran: el valle del río Huecha.
En el Siglo V a.C los celtíberos fundaron Nulle, posteriormente los romanos y los árabes dejaron su huella en la villa.
A orillas del Ebro encontramos un pequeño fuerte que se levantó con fines defensivos durante el transcurso de las Guerras Carlistas. La cercanía al Ebro hace que existan retazos de sotos autóctonos de gran valor ecológico, habitados por numerosas especies animales.
Villa que está enclavada en el estratégico corredor del Ebro y pertenece a la comarca aragonesa del Campo de Borja.
Su caserío abarca las laderas del monte que en otros tiempos coronaba un castillo, hoy Plaza Pablo Iglesias, extendiéndose por la tierra llana a costa de huertos y tierras de labor.
Consta de tres plazas: la de España, centro de la villa, la Plaza de la Iglesia, y la ya mencionada de Pablo Iglesias.
En sus contornos se localiza una serie de yacimientos arqueológicos que documentan la ocupación de la zona desde, la primera Edad del Hierro, principalmente los de Burrén, Burrena y Morredón, declarados Bien de Interés Cultural.
El actual Fréscano debió ejercer como polo de atracción de asentamientos gracias a su abundancia en yacimientos minerales. Se han hallado también asentamientos celtibéricos, parece que el cabezo fue ocupado por gentes de la cultura hallstátt y su vida se prolonga hasta la romanización.
Parece ser que los primeros pobladores de Agón fueron los iberos, así lo atestiguan los hallazgos encontrados en el yacimiento arqueológico denominado “Cabecico Aguilera”.
El hallazgo del “el Bronce de Agón”en 1992 constituye un excepcional testimonio de la importancia que desde época antigua ha tenido el agua para nuestra Comarca. Datado en época de Adriano, su texto pretende regular el uso y mantenimiento de un canal de riego llamado “rivus Hiberiensis”, que discurría por varios asentamientos.
Bisimbre perteneció tras la reconquista al monasterio de Santa Cristina de Somport, para pasar después a manos de varios señoríos laicos, siendo el último poseedor el Marqués de Ayerbe. Dentro de su término municipal hay restos de un poblado medieval conocido como Bruñén.
La plaza, delimitada por el consistorio y la fachada parroquial, alberga un monumento conmemorativo a Imperio Argentina, protagonista de la popular película Nobleza Baturra, rodada en Bisimbre.
Al igual que Agón posee en su término una laguna endorreica, la de Bisimbre posee un gran valor ecológico.
Caraues representa el primer testimonio de asentamientos humanos en la actual villa de Magallón. También existen numerosos vestigios de la Caraví romana.
Las dimensiones del cementerio del Quez (en el vecino municipio de Alberite), nos dan una idea de la importancia que tuvo la población musulmana en Magallón hasta que se produjo su expulsión. También hay constancia de la existencia de una dinámica comunidad judía dependiente al igual que la de Mallén de Borja.
La iglesia mudéjar de Santa María de Huerta es un ejemplo singular de arquitectura mudéjar, declarado Bien de Interés Cultural.
Su topónimo árabe significa “la posta”, y parece que la fundación de esta localidad se remonta a los tiempos de la dominación musulmana. De esta época nos han llegado los restos de una antigua torre, que junto con la actual torre de su iglesia formaron parte del dispositivo defensivo de una localidad que aún conserva la puerta de acceso a su recinto amurallado, conocida como arco del Lugar.
Dentro de su término municipal se halló una extensa necrópolis islámica en la partida de “El Quez”, donde también se conserva uno de los raros ejemplos de nevera que quedan en la Comarca del Campo de Borja.
De origen celtíbero, hacia el siglo I existe ya como villa romana, época en la que se construye un torreón defensivo sobre el que se asienta el palacio de los condes de Bureta.
Se han encontrado vestigios de asentamientos visigodos y a partir del Siglo VIII Bureta pasó a ser íntegramente musulmana.
Con la reconquista pasó a ser Señorío laico y en el siglo XIV se vincula a la familia de los Luna.
Proyectado hacia el cauce del Huecha se levanta, junto a la iglesia, el impresionante palacio de los condes de Bureta, catalogado como monumento nacional.
La fuente u Ojo de Albeta, manantial de aguas medicinales, fue conocido desde la antigüedad, como lo atestiguan las monedas romanas encontradas en su entorno.
De época romana se conserva también una villa con termas en la partida de “La Gorrona”, datadas en el S. I o II d..c y que aún puede arrojar nuevos e interesantes descubrimientos.
Su topónimo denota su pasado islámico, ya que en árabe, significa (caserío), posteriormente perteneció a Señorío Laico, dándose la particularidad de estar dividido en dos partes, lo que dio lugar a no pocos conflictos.
Tanto el topónimo de origen árabe, al parecer su nombre deriva de los términos árabes «Ayn» («equivalente a ojos de agua dulce» ) y «zon» (Que vale por «zona o territorio»), como la estructura de su trazado urbano invitan a pensar en la fundación por parte de los musulmanes de la Villa.
Para acceder a la Villa hay que atravesar un arco de factura moderna; antiguamente la villa tenía varias puertas de la que se conserva una denominada Arco de San Antón. Ya dentro de su casco histórico destacan varias casas solariegas adornadas con escudos familiares y el muy transformado palacio de los abades de Veruela.
Ya en época contemporánea se caracterizó por su dinamismo industrial y por la elaboración de cavas de gran calidad.
Los celtíberos la denominaron Bursau, los romanos Borsao y los árabes Burya. Fué con estos últimos cuando la ciudad vivió un momento de esplendor en el que convivieron de manera pacifica musulmanes, cristianos y judíos.
La ciudad de Borja tiene categoría de conjunto histórico-artístico por el número y calidad de edificios civiles conservados, su caserío se agrupa en torno a la mole del antiguo castillo y del Cinto o Judería , conservando un extraordinario conjunto de edificios característicos de la arquitectura civil aragonesa de los siglos XVI y XVII, como la Casa de Aguilar, la Casa de los Ángulo, la Casa de las Conchas, declarada Bien de Interés Cultural, la Casa de la Estanca y la Casa Consistorial que responde a la tradición edilicia renacentista.
El rey de la taifa de Zaragoza se manda construir una almunia en esta localidad, de la cual ha quedado importantes restos de la decoración de la mezquita, de un arco y de algunas torres de la fortaleza. Los restos localizados se hallaron ocultos tras construcciones modernas.
Conserva en buena parte el trazado medieval, si bien ha sido en parte alterado debido a la repoblación que se realizó en el siglo XVII, al quedar prácticamente abandonado con la expulsión de los moriscos.
Los alrededores de la población son de gran belleza por la proximidad al río, que discurre entre el verdor de sus sotos y en contraste con las cumbres del Moncayo que se dibujan en el horizonte.
Salimos de Borja en dirección a la Ermita barroca del Santo Sepulcro (CV- 846). Siguiendo por esta carretera nos acercamos al Santuario de la Misericordia, situado a 5 km. de Borja, lugar donde encontramos el famoso y controvertido Ecce Homo. Su ubicación en el monte de La Muela Alta nos invita a sentarnos y relajarnos contemplando el paisaje, además cuenta con una zona habilitada con parrillas para hacer fuego durante todo el año. En lo alto de La Muela se encuentra la Ermita del Calvario, una curiosa construcción circular levantada en piedra en 1.565.
Continuamos nuestra ruta en dirección al Balcón del Buste, un mirador desde el que contemplar los llanos de Tarazona y la Sierra del Moncayo. Nuestra ruta finaliza en el municipio de El Buste, situado en la linde entre la Comarca del Campo de Borja y la Comarca de Tarazona y el Moncayo.
Los celtíberos la denominaron Bursau, los romanos Borsao y los árabes Burya. Fué con estos últimos cuando la ciudad vivió un momento de esplendor en el que convivieron de manera pacifica musulmanes, cristianos y judíos.
La ciudad de Borja tiene categoría de conjunto histórico-artístico por el número y calidad de edificios civiles conservados, su caserío se agrupa en torno a la mole del antiguo castillo y del Cinto o Judería , conservando un extraordinario conjunto de edificios característicos de la arquitectura civil aragonesa de los siglos XVI y XVII, como la Casa de Aguilar, la Casa de los Ángulo, la Casa de las Conchas, declarada Bien de Interés Cultural, la Casa de la Estanca y la Casa Consistorial que responde a la tradición edilicia renacentista.
Bodegas Alto Moncayo se fundó en el año 2002 con el objetivo de convertirse en un referente mundial de vinos de Garnacha de máxima calidad.
El lugar, idílico, se desarrolló debido a la fama de las aguas de sus fuentes y zonas de pinares que hacen muy agradable la estancia, y que hoy está formado, además de por el propio santuario, por una colonia de casas y chalets.
En lo alto de La Muela se encuentra la Ermita del Calvario, una curiosa construcción circular levantada en piedra en 1.565. Al Calvario se puede acceder en coche y también a pie por el camino del «Vía Crucis», camino bien señalizado que se encuentra en la parte posterior del caserón.
El mirador aprovecha el balcón natural que ejerce el escarpe rocoso, continuación de la Muela de Borja. Desde él se puede observar la sierra del Moncayo, la Cañada Madre y la Comarca de Tarazona y el Moncayo
Esta ruta parte de Borja siguiendo la Nacional 122 dirección Soria, el primer municipio que atravesamos es Maleján que cuenta con uno de los miradores más espectáculares del Huecha y el Moncayo. Lo dejamos atrás y llegamos a Bulbuente, el conocido popularmente como Castillo de Bulbuente abrió sus puertas como alojamiento turístico rural el año pasado, además en la proximidades de Bulbuente, nos encontramos con el Mesón del Acceite y Oliambel, una almazara visitable.
Dejamos la nacional y seguimos por la carretera Z-370 hasta llegar a la villa de Ambel, todo el recorrido acompañado de campos de olivos. Siguiendo la ruta, sin dejar de lado esta carretera, llegamos al municipio de Talamantes a través de una carretera llena de curvas que encadilará a los amantes de los viajes sobre dos ruedas.
Nuestra ruta nos lleva a la montaña, Talamantes se encuentra dentro del Parque Natural del Moncayo y cuenta con una extensa red de senderos. Si en tu maleta llevas botas de montaña, quítate las de moto y disfruta de un agradable paseo por el entorno de Talamantes. ¿Te animas?
Los celtíberos la denominaron Bursau, los romanos Borsao y los árabes Burya. Fué con estos últimos cuando la ciudad vivió un momento de esplendor en el que convivieron de manera pacifica musulmanes, cristianos y judíos.
La ciudad de Borja tiene categoría de conjunto histórico-artístico por el número y calidad de edificios civiles conservados, su caserío se agrupa en torno a la mole del antiguo castillo y del Cinto o Judería , conservando un extraordinario conjunto de edificios característicos de la arquitectura civil aragonesa de los siglos XVI y XVII, como la Casa de Aguilar, la Casa de los Ángulo, la Casa de las Conchas, declarada Bien de Interés Cultural, la Casa de la Estanca y la Casa Consistorial que responde a la tradición edilicia renacentista.
El rey de la taifa de Zaragoza se manda construir una almunia en esta localidad, de la cual ha quedado importantes restos de la decoración de la mezquita, de un arco y de algunas torres de la fortaleza. Los restos localizados se hallaron ocultos tras construcciones modernas.
Conserva en buena parte el trazado medieval, si bien ha sido en parte alterado debido a la repoblación que se realizó en el siglo XVII, al quedar prácticamente abandonado con la expulsión de los moriscos.
Los alrededores de la población son de gran belleza por la proximidad al río, que discurre entre el verdor de sus sotos y en contraste con las cumbres del Moncayo que se dibujan en el horizonte.
Se conservan los restos del castillo que Jaime I entregó a mediados del siglo XIII, junto con la villa, al monasterio de Veruela.
La Casa Consistorial conserva la tipología del palacio aragonés renacentista, al igual que la casa-palacio, que próximo al ayuntamiento mantiene las clásicas galerías de arquillos.
La iglesia parroquial de Santa María, construida en esa misma época en estilo gótico, alberga en su interior algunas tablas góticas y obras pictóricas de gran calidad que formaban parte del antiguo retablo de Veruela.
El esfuerzo y la dedicación de ésta y otras almazaras de la zona permitieron en 2014 la creación de la Denominación de Origen Aceite Sierra del Moncayo. Bajo el amparo de esta marca se produce un aceite excepcional. Oliambel defiende la calidad frente a la cantidad y es por eso que, bajo el paraguas de la D.O Aceite Sierra del Moncayo, comercializa su aceite «Montejarén», un aceite galardonado con varios premios internacionales.
Su topónimo de raíz prerromana indoeuropea nos indica la existencia temprana de asentamientos humanos en esta localidad.
Aunque de fundación inmemorial, Ambel fue un conocido asentamiento musulmán y posteriormente, tras la reconquista fue cabeza de una de las encomiendas más importantes de la Comarca, primero de la Orden del Temple, que erigió un castillo que ha quedado camuflado entre edificaciones posteriores y después, tras la disolución de esta orden pasó a ser posesión de la orden de San Juan hasta el proceso desamortizador del siglo XIX.
El casco urbano de Ambel evoca un pasado antiguo, con numerosas muestras de la arquitectura popular de la región, edificios en ladrillo que emulan las construcciones medievales.
El mirador de Escoplé está situado en el km 12,5 de la carretera que une Bulbuente con Talamantes (Z-370-1). Acondicionado recientemente con un panel informativo y bancos donde sentarse a contemplar una magnifica panorámica de la sierra. De izquierda a derecha destacan la Tonda, las Peñas de Herrera, el Morrón y el macizo del Moncayo.
En Talamantes podemos encontrar varios puntos de gran valor paisajístico y natural, además del Parque Natural del Moncayo, encontramos los parajes conocidos como La Tonda, Las Peñas de Herrera, Fuente Menera y Valdetreviño donde un puente medieval atraviesa el barranco.
Esta ruta circular nos lleva a conocer 9 de los municipios de la Comarca Campo de Borja. Podemos diseñarla a nuestro gusto jugando con los kilómetros a recorrer y con los municipios que queremos visitar. Si queremos pasar por los 9 municipios son cerca de 60 km. de ruta entre viñedos, bodegas en cerro y, como su nombre indica, la piedra roja.
La piedra roja de Tabuenca es muy característica de esta zona y aporta a nuestro paisaje natural y cultural un colorido distintivo. Desde antaño se ha explotado esta piedra arenisca roja, se han creado canteras y se ha utilizado para la construcción de viviendas, edificios público y religiosos.
Los celtíberos la denominaron Bursau, los romanos Borsao y los árabes Burya. Fué con estos últimos cuando la ciudad vivió un momento de esplendor en el que convivieron de manera pacifica musulmanes, cristianos y judíos.
La ciudad de Borja tiene categoría de conjunto histórico-artístico por el número y calidad de edificios civiles conservados, su caserío se agrupa en torno a la mole del antiguo castillo y del Cinto o Judería , conservando un extraordinario conjunto de edificios característicos de la arquitectura civil aragonesa de los siglos XVI y XVII, como la Casa de Aguilar, la Casa de los Ángulo, la Casa de las Conchas, declarada Bien de Interés Cultural, la Casa de la Estanca y la Casa Consistorial que responde a la tradición edilicia renacentista.
Tanto el topónimo de origen árabe, al parecer su nombre deriva de los términos árabes «Ayn» («equivalente a ojos de agua dulce» ) y «zon» (Que vale por «zona o territorio»), como la estructura de su trazado urbano invitan a pensar en la fundación por parte de los musulmanes de la Villa.
Para acceder a la Villa hay que atravesar un arco de factura moderna; antiguamente la villa tenía varias puertas de la que se conserva una denominada Arco de San Antón. Ya dentro de su casco histórico destacan varias casas solariegas adornadas con escudos familiares y el muy transformado palacio de los abades de Veruela.
Ya en época contemporánea se caracterizó por su dinamismo industrial y por la elaboración de cavas de gran calidad.
Los yacimientos arqueológicos hallados atestiguan su posible fundación por los celtíberos, pasando posteriormente a ser dominada por Roma.
En los alrededores del pueblo hay hasta cuatro ermitas que dan fe del pasado cristiano de la villa de Tabuenca.
También se conserva el edificio del antiguo hospital actualmente reconvertido en casa-museo etnográfico y muy próxima, la Casa Consistorial con lonja, un monumento característico de la arquitectura renacentista aragonesa y los restos de un molino de viento, ejemplo característico de este tipo de edificaciones en la comarca.
Su núcleo urbano está compuesto por excelentes edificios y bajo tierra un gran número de bodegas en las que se crían excelentes caldos.
De entre estos edificios destaca la iglesia parroquial de San Juan Bautista de estilo gótico tardío, con su hermosa torre y sus retablos de los siglos XVI al XVIII, perteneció durante siglos a la Orden Hospitalaria.
En la calle que enlaza la iglesia parroquial con la ermita se alza la actual Casa de Cultura, instalada en un edificio porticado, frente a la Casa Consistorial. Destacan sus fuentes de la Ermita y la Fuente Homenaje a los Joteros.
Tras la reconquista Alfonso II dona estas tierras de explotación agraria al Monasterio de Veruela, constituyéndose así el municipio mediante el otorgamiento de una Carta Puebla, para su repoblación.
La construcción de la iglesia parroquial de la Asunción fue impulsada por los abades de Veruela en el siglo XVI, de estilo gótico mudéjar conserva en su interior un conjunto de retablos renacentistas de gran interés. El reloj gótico de Pozuelo fue restuarado y es un ejemplar único en España.
De origen celtíbero, hacia el siglo I existe ya como villa romana, época en la que se construye un torreón defensivo sobre el que se asienta el palacio de los condes de Bureta.
Se han encontrado vestigios de asentamientos visigodos y a partir del Siglo VIII Bureta pasó a ser íntegramente musulmana.
Con la reconquista pasó a ser Señorío laico y en el siglo XIV se vincula a la familia de los Luna.
Proyectado hacia el cauce del Huecha se levanta, junto a la iglesia, el impresionante palacio de los condes de Bureta, catalogado como monumento nacional.
Su topónimo árabe significa “la posta”, y parece que la fundación de esta localidad se remonta a los tiempos de la dominación musulmana. De esta época nos han llegado los restos de una antigua torre, que junto con la actual torre de su iglesia formaron parte del dispositivo defensivo de una localidad que aún conserva la puerta de acceso a su recinto amurallado, conocida como arco del Lugar.
Dentro de su término municipal se halló una extensa necrópolis islámica en la partida de “El Quez”, donde también se conserva uno de los raros ejemplos de nevera que quedan en la Comarca del Campo de Borja.
La fuente u Ojo de Albeta, manantial de aguas medicinales, fue conocido desde la antigüedad, como lo atestiguan las monedas romanas encontradas en su entorno.
De época romana se conserva también una villa con termas en la partida de “La Gorrona”, datadas en el S. I o II d..c y que aún puede arrojar nuevos e interesantes descubrimientos.
Su topónimo denota su pasado islámico, ya que en árabe, significa (caserío), posteriormente perteneció a Señorío Laico, dándose la particularidad de estar dividido en dos partes, lo que dio lugar a no pocos conflictos.
Caraues representa el primer testimonio de asentamientos humanos en la actual villa de Magallón. También existen numerosos vestigios de la Caraví romana.
Las dimensiones del cementerio del Quez (en el vecino municipio de Alberite), nos dan una idea de la importancia que tuvo la población musulmana en Magallón hasta que se produjo su expulsión. También hay constancia de la existencia de una dinámica comunidad judía dependiente al igual que la de Mallén de Borja.
La iglesia mudéjar de Santa María de Huerta es un ejemplo singular de arquitectura mudéjar, declarado Bien de Interés Cultural.
